¿y si un día?

¿y si un día despertaras
y yo estuviera junto a tí
leyéndote en voz muy baja
unos versos de Emily Dickinson?

Y verte

Y verte más desnuda
que toda tu
 desnudez


Y amarte más amada
que cualquier
besado amor con su
pasadomañana

Aleteas

Aleteas en la frontera
de mis sueños

Aunque seas otra ave
yo sé reconocer el brillo
de tus alas


Me cansas de revolotear

Te capturo un minuto,
luego encuentras el sur
y te me huyes


¿
Aleteas en mi sombra
o es mi penumbra la que
migra hacia ti
?

cuando haya que leerte

cuando haya que leerte
estos pésimos poemas
me alumbraré con algo de tu luz

tanteando como ciego
sílaba tras sílaba
y acariciándote, por lo demás



cuando haya que leerte
ests obtusas letras
me sacaré la piel para mirar mejor
 
se me secará la voz
seguramente
y moriré latiendo junto a tí



cuando haya de leer
en voz muy alta
versos como los de aquí

esperaré tu sueño
o el fin de tu dormir
o el inicio de mi tonta vigilia



cuando haya que leerte
alumbraré con tu mas bella luz
estos pésimos poemas

ayer fue tarde

ayer fue tarde
y me perdí
de tu vista


el año ya goteó
su terca sangre
sobre nuestras cabezas

y si un día de estos
nuestros corazones arden
habrá que guardarse alguna ventolera
entre los pliegues de la piel
como quien dice besos
para días sin fecha de vencimiento


ayer fue más tarde aún
y te encontré
oyendo mis llamadas


el día, el solo día
escanció su vino alegre
en la comisura de tus labios


todo esto son visiones
torpes profecías
que no saben escribirse
ni en mis manos que te buscan
ni en tu benévola penumbra
donde aún no brillará mi propia luz


somos astros
sin
eclipse


somos apenas
órbitas sin centro
de un sistema que arderá


y yo
que ya ni sé
callar

nuestra conversación

nuestra conversación
se prolonga infinita
en medio de los tiempos


a veces se interrumpe
en el vacío
de la circunstancia

pero a mi oído
ávido de tu reír
ese quiebre no le importa


te sé esperar
en el centro de mi sed
el centro de mi pulso

secretos

por eso digo que mi soledad es tuya
pero no se lo cuentes a tu hombre

por eso sé de quien será tu soledad
aunque no pienso contarle a mi mujer

y viceversa de las viceversas:
no creo en los zodíacos
pero leo en tus constelaciones
como quien dice
mi tacto que ya sueña tus espaldas

pero eso tampoco debe ser contado:
a soñar con la boca cerrada

a besar
a besar nubes de tu cielo
mientras espero que te llegues

-disfruto entonces de la sombra
que me ofrecen unas ruinas recién hechas-


¿eres tú la que viene por ahí encandilando
o soy apenas yo que te adivina
te espera o te desea?

esto tampoco debe ser contado:
el secreto que te grito
por todo el horizonte digital


sé que este que escribe no soy yo
pero tu acunas mi misterio
son sus letras de luz

no lo cuentes
no lo leas
no lo escuches susurrando

de mi boca hasta tu oído
de mi boca hasta tu oído
de mi boca hasta tu oído